Grandes intelectuales del momento: Mar Serna


Cuando todavía me estoy recuperando del mazazo brutal que para mi supuso conocer la noticia de la prematura muerte de Coralie, a la edad de 19 años; acabo de encontrarme en la segunda de La Razón con una figura preminente de la sociedad catalana. Mar Serna, ilustre palentina, a la sazón Consejera de Trabajo de la Generalidad Catalana, acaba de ofrecernos una serie de argumentos que, puestos en práctica, servirían para mejorar ostensiblemente el estado de nuestra economía y para resituar a la empresa ibérica de un modo ventajoso en el mercado.

Primer argumento: La coincidencia en la semana laboral de dos días festivos provoca una pérdida de competitividad. Esos dos días son el 6 de diciembre -Constitución Española- y 8 de diciembre -Inmaculada Concepción-. Debido a esta concurrencia alterna de festivos, es necesario elegir y quedarse con uno sólo.

Segundo argumento: Desechado el recurso a lo identitario e histórico, debe acudirse a lo ideológico. Es decir: en una sociedad "cada vez más laica", hay que mantener como festivo el día más laico. Como la fiesta de la Purísima es "muy religiosa" (sic), ha de ser inmediatamente suprimida.

¡Qué cabeza! ¡Qué monumento a la inteligencia! ¡Qué uso del sistema deductivo! ¡Qué facultad para mantener la verdad en el paso de una premisa a otra y de ellas a la conclusión! Señora Serna, casi tan honorable, como el Honorable por antonomasia (catalanamente, parlando): por favor, ¡dedíquese a la lógica!

No obstante, para que mejore sus silogismos, permítame un contra argumento (considerablemente más flaco que los suyos). Detecto cierta inconsistencia en relación con el contexto en el que usted razona y decide la pertinencia de unas premisas u otras. Dígase, por ejemplo, que no parece suficientemente probatorio para su elección el hecho de que la Constitución tenga como propiedad necesaria el ser española. Y menos en Catalunya. ¿No sería mejor elevar de rango la Diada, suprimir el día y realidad de la Constitución Española y luego decidir sobre la conveniencia de la celebración o no de la fiesta de la Inmaculada?

De hecho, parece que el debate político en el Condado va por ahí. Incluso, he oído que están esperando cierto dictamen de un Tribunal muy determinado de nuestro Reino. Una vez que se pronuncie, ustedes consumarán su "pronunciamiento", parece ser.

Mientras tanto, yo seguiré celebrando la Inmaculada, que, por cierto, es la patrona de España. Al tiempo que peno con las ilusiones más perdidas, que, para colmo, se han visto enriquecidas por la llegada de un ex jesuita y canónigo honorario de la Primada de Toledo. Casi nada.

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