El Demonio de la intranquilidad

Tras el retiro de ayer y la visita a la ciudad de Daroca y a sus Sagrados Corporales, hoy hemos vuelto a la rutina formativa de estos días. Una rutina poco rutinaria. Hoy nos ha visitado un especialista en Bioética. Ha habido de todo: cuidados paliativos, eutanasia, fecundación in vitro y demás. Pero lo más interesante ha sido de corte sapiencial y no tanto de ciencias experimentales. Responde a la típica pregunta acerca de la calificada "tranquilidad de los sin Dios". ¿Por qué la gente sin Dios vive tan tranquila, no se plantea nada, lo acepta todo, no siente ninguna inquietud? R, que es el nombre de pila de nuestro hombre, ha afirmado categóricamente que el Diablo da tranquilidad a los que están lejos de Dios e intranquilidad a los que están cerca.

Conviene que penetremos en este pensamiento con el fin de captar su lógica, si la tiene. Al Mentiroso le interesa la duda y la caída del fiel. Es lo que hizo con el matrimonio original, Adán y Eva. La DUDA. Mantenerse en esta tensión supone un cansancio de grandes dimensiones, sobrehumano. Por el contrario, cuando el alma elegida por el Tentador está lejos de Dios, conviene no provocar nuevas turbaciones. Para que todo siga igual, lo mejor es el opio del relativismo que aporta una tolerancia capaz de tragar ruedas de molinos y buques mercantes.

Muchas veces han acudido a mi confesonario o a mi despacho o a mi casa personas con fe probada e informada por la caridad a la vez que sostenida por la esperanza. El problema era su marido -generalmente era "marido". La inquietud de la esforzada cristiana era proporcional a indolencia del alejado del Señor. En algún caso, hasta un nerviosismo rayano en lo patológico. ¿Qué hacer? El que recibe la confidencia corre el peligro de poner el acento en la actividad de la "sufridora". -Reza y ofrece más sacrificios para lograr la pronta conversión de tu media naranja. Sin embargo, junto a ésto es necesario ayudar a que esa alma preocupada descanse en el Corazón del Señor. El cristiano se caracteriza por la paz aquí y en la eternidad. Esa paz que se funda en la fe en que el Señor hace las cosas "antes, más y mejor". Fe en que el Señor hace las cosas a su tiempo.

No estoy proponiendo un ejercicio de mera pasividad, sino un acto de abandono en Aquel que sostiene la Obra.

Junto a lo espiritual se encuentra lo somático. Somos una unidad. Si tu marido pasa de tu misa, te puede doler la cabeza o provocarte un cansancio o astenia. Ese peso sólo se suavizará con el descanso. Por eso, al mismo tiempo que propongo la adoración, presento el café o la paella con los amigos, el paseo semanal, la excursión mensual y tantas otras formas de descanso.

El Espíritu Santo, dulce huesped del alma, hará el resto.

PS: Gracias al programa Spotify y al ADSL estoy escuchando una música magnífica. Hoy me había propuesto repasar los hitos de las discografías de tres grandes voces: Mercedes Ferrer, Denise Rivera y Gisela Renes. Lo he conseguido con las dos primeras. De la segunda no hay noticia en la dichosa aplicación. Pese a este pequeño contratiempo, sigo valorando el programa como de lo mejor en la red.