El alma de Fausto


Tengo para mí que la 8ª sinfonía de Mahler tiene algo rayano con la blasfemia. La primera parte es, técnicamente, el Veni Creator más conmovedor que he escuchado (excluídas las variantes gregorianas). La segunda es sumamente engañosa. Corresponde con el 5º acto del Fausto de Goethe. En él se describe el movimiento que describe el alma de Fausto tras su muerte. Una alma vendida al diablo, pero que es trasladada al cielo con el concurso de los "doctores", las "pecadoras" y las "jerarquías angélicas", entre otros.

¿Cuál es la razón de esta inesperada glorificación? Dicen los ángeles: "Al hombre que persevere en su esfuerzo siempre lo salvaremos". Perseverar en el esfuerzo. Sí, en el esfuerzo que se constituye como principial y originario. El esfuerzo que suplanta al Logos. La acción... porque "en el principio era la acción". La creación no es ya fruto de la contemplación. Ya no cabe una inspiración que una contemplación y actividad. Sólo hay acción y, desde entonces, se puede todo lo que se puede.

Si todo depende de la mera razón técnica del hombre, de una capacidad productiva autónoma, ¿qué sentido tiene comenzar la obra con el Veni Creator? Para responder esta pregunta hay que encontrar primero quién es el espíritu creador al que se alude. Lo escribo con minúsculas porque estoy convencido de que no es la Tercera Persona de la Santísima Trinidad. Estoy convencido de que Mahler está invocando a la capacidad humana -al genio-, al tiempo que la hace absoluta. Los hombres ya no son hijos, sino que se hacen a si mismos. Esta dimesión performativa es característica de la ideología que domina con un recorrido transversal el sino de nuestra cultura. No hay más salvación que el hacer y es ahí donde radica la identidad del "yo" de la modernidad en su expresión más madura.

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