EpC: una batalla ideológica



Mientras esperamos la publicación de la sentencia del Tribunal Supremo acerca de lo conveniente o inconveniente de la objeción de conciencia en el caso de la asignatura "Educación para la Ciudadanía"
y tras haber guardado un prudente silencio, creo que es hora de presentar una selección de artículos de opinión que ilustre el necesario debate. No olvidemos que la educación de los hijos, protegida por uno de los llamados "derechos humanos", es un asunto fundamentalmente político. Es decir, sobre su conveniencia, formalidad y materialidad debiera haber una auténtica deliberación pública. Pero ésta ha sido robada a los ciudadanos que, en aras de una malentendida democracia, se han visto sometidos y aplastados por la decisión de un poder ejecutivo que impone su ideología a un poder legislativo paralizado por las mayorías que, pactadas en torno a una comida o una copa, son coartada y escondite del peor de los regímenes autoritarios y totalitaristas.

La opinión de la psicopedagoga Pilar Muñoz

La opinión de Juan Carlos Girauta

La opinión de Jorge Vilches

La opinión de Agapito Maestre

La opinión de José Luis Requero

La opinión de Carlos Jariod

La opinión de Gabriel Albiac

La opinión de Luís Carbonel

Otra opinión: menos académica y con aire de queja, pero muy interesante

Por último, algunas perlas de EpC. (Sí, ya sé que están descontextualizadas, pero son muy difíciles de contextulizar).

De momento esto es todo, pero planteo una cuestión: la esencial politicidad del derecho. ¿Qué pensáis?

Comentarios

  1. Esperaba ya con verdaderos deseos, este nuevo artículo; de todos modos, me sorprende la pregunta sobre la politización de derecho, que no se si responde a una pregunta o más bien a una fina ironía.
    No hay que olvidar el maravilloso dato de Libertad Digital, sobre el día y la hora en que la Ministra Cabrera, colgó su hermoso video en YuTube. Esto demuestra además de un presunto delito de prevaricación, un hermoso ejemplo de que el Poder Ejecutivo controla al judicial. Y no olvidemos, gracias a un hermoso pacto de la justicia, suscrito con el Partido "pa ayudár".
    Una preguntita, me gustaría lanzar; uno no puede objetar a una asignatura, pero si se puede uno por su conciencia, decidir realizar un aborto, casarse con una persona del mismo género o dentro de poco, decidir que su vida no tiene sentido.
    Anónimo 2

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  2. Es curioso ésto de la objección de conciencia: sólo cabe como omisión de acciones imperadas y nunca como comisión. Está en la esencia de un concepto eminentemente práctico. Aunque, claro está, igualmente práctica es la omisión que la comisión. Pero no vayamos por ahí.
    Sobre la pregunta por la esencia política del derecho, no he aquilatado bien la expresión. No me importa conceder que el derecho es expresión de la deliberación política y que ésta siempre ha de tener en cuenta la naturaleza de las cosas. Por tanto, el derecho siempre es perfectible y susceptible de cualquier crítica, como el fallo de un tribunal, también el de un tribunal supremo cualquiera.

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  3. Resulta agradable comprobar que todavía quedan mentes lúcidas en este país llamado España. En efecto, la cuestión de la EpC manifiesta un grave defecto de fondo: la esencial politicidad del Derecho. El Derecho positivo que, en sí, no es reprobable como concepto jurídico, ha sido entronizado de manera espuria como el único posible y desentrañado de cualquier hálito de trascendencia. El hombre se hace creador de la Ley y esta no tiene porque hacer referencia a nada más allá del texto promulgado. Lo legal es ya, de modo omnimodo, lo verdadero, lo recto, lo justo, lo correcto.
    La verdad no sólo ya no se percibe como algo objetivo o, al menos, negociable, la verdad ya no interesa. Porque lo que importa es lo que se decide en mayoría y no la naturaleza de los actos morales. Por desgracia, la política puede ya ejercerse sin tener en cuenta la naturaleza de las cosas. O lo que es peor, que la política crea que, mediante las leyes, está capacitada para trastocar la naturaleza y generar la verdad que debe ser creída. La EpC es la manifestación más palpable de este pensamiento. La dictadura del relativismo esta siendo ya superada por el imperio de la sinrazón y la mentira.
    Por desgracia para este hato de ingenieros éticos hay Alguien que no sólo tiene la pretensión de veracidad, sino que es la Verdad. Y la Verdad siempre triunfa.

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  4. Querido amigo Raúl:
    Le veo con una idea bastante "kamikaze" del derecho positivo. Yo, por el contrario, creo que toda norma tiene su parte de positiva y su parte de natural. Creo, por eso mismo, que partiendo de la realidad de las cosas y del hombre, la norma, el derecho, la ley son fundamentalmente políticos. No fruto de la pura abstracción de los modernos, sino del contexto clásico de racionalidad y verdad práctica.
    Un saludo,

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