Una nube de cenizas...


¿Puede haber un papa hereje? ¿Cómo determinar si un juez ha sido injusto? ¿Es constitucional el Estatut? ¿Qué pasa con la nube de cenizas volcánicas? Parece que estos son los asuntos que más preocupan a la opinión pública española. De ello da fe su constante presencia en los medios a partir de la multitud de declaraciones de políticos, artistas y todo tipo de personajes que han crecido a la sopa boba del show televisivo o de la subvención pro cine de autor (español y de izquierdas, claro). Sin embargo, a mí, que soy una persona crédula y conformada, me gusta dejar la solución de estos asuntos en manos de los especialistas, porque ellos suman a la prudencia exigible a todo ser humano adulto la competencia teórica y profesional. Vamos, que lo del papa hereje lo ha de resolver la teología y el magisterio; que sobre el juez injusto debe pronunciarse el Tribunal Supremo; que de la constitucionalidad o no constitucionalidad del Estatuto catalán tendrán que decidir los miembros del Tribunal Constitucional y que sobre las soluciones a la nube de ceniza producida por ese volcán islandés de nombre impronunciable tendrán que hablar los vulcanólogos y los ingenieros aeronáuticos, por ejemplo.

Tengo para mí que el problema más grave de la actualidad española es otro. Ayer Cáritas Diocesana de Zaragoza presentó su memoria anual y las cifras son espeluznantes: si en el 2008 fueron atendidas por esta institución 11 364 personas, en el 2009 se alcanzó la cifra impactante de 22 455. Una aumento del 97,59 %. Ayudar a estas personas ha supuesto la inversión de más de 7,8 millones de euros. Hasta aquí bien. Entiéndase: bien porque Cáritas ha cumplido su misión de canalizar la labor social y caritativa de la Iglesia. Pero muy mal -¡fatal!- porque, mientras aumenta el número de familias golpeadas por la crisis, el presupuesto destinado por la Diputación General de Aragón (DGA) para subvenciones a entidades de este tipo ha disminuido un 17,3% respecto al ejercicio anterior. Este aumento de pobreza corre a la par de una crisis que, lejos de vencerse, cada vez es más acusada.

¿Quién levanta la voz reclamando responsabilidades y actuaciones rápidas y eficaces frente a esto? Los sindicatos organizan actos de apoyo a un juez, mientras olvidan que en España hay un gobierno socialista que, en vez de llevar la iniciativa económica de un país al borde de la quiebra, se regodea en la exhibición de medidas espectaculares como la re escritura no sexista de los cuentos tradicionales... Izquierda Unida sirve a los obreros en paro con su nuevo grito: "¡¡Entrullemos al Papa!!"... El Parlamento Catalán orquesta, entre libros y rosas de San Jorge, un nuevo "No pasarán" que alimenta la crisis institucional que vive España...

Yo también creo que la economía no es lo más importante, pero, hoy por hoy, es el problema más acuciante para nuestra sociedad. Alguien tendrá que verlo, aunque lo difumine una nube de cenizas.

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