Rumores



Acoger los rumores es un arma de doble filo. Por una parte, estoy al día, tengo conversación asequible a mano y la urgencia de encomendar. Por otra, pierdo o pongo en grave peligro la calma del alma. Incluso puedo llegar a resbalar hasta convertirme en un maledicente. La otra opción, el acallar el rumor, conlleva el peligro de mostrar una imagen que no es la propia: una especie de "mirlo blanco" que sobrevuela por las realidades humanas despreciándolas con aires de superioridad.
No sé dónde está el término medio. Mientras lo encuentro, me refugiaré en el Breviario y "acallaré y moderaré mis deseos como un niño en los brazos de su madre" (Ps. 130).

(Este pensamiento tiene su origen en el
maremagnum de rumores sobre el futuro de nuestra diócesis cesaraugustana).

Comentarios

  1. Pienso que los rumores pueden perturbar el alma y alimentar la curiosidad morbosa. Los rumores, mientras sólo sean eso, no aportan nada. Lo que tenga que ser, será (que no es otra cosa que la voluntad de Dios). Ante los rumores, la santa indiferencia.
    Nos vemos.
    Javi

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  2. creo que javi la ha clavao...sin más

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  3. Amigos Javi y Guillermo. Las cosas no son tan sencillas. Por supuesto no me refiero a la transmisión de contenidos nocivos acerca de alguien o algo. Me refiero al sentido positivo del rumor: ¡incluso hay una teología del rumor! ¿Acaso, además de una realidad, la propagación de la Resurrección no fue para muchos un rumor que les invitó a buscar? O, ¿aquellos que se acercaron al Señor porque se estaba difundiendo la noticia de que podía ser el Mesías? Pensemos en el rumor como el comienzo de cosas importantes... no sólo de lo negativo. Y como no hay realidades humanas químicamente puras... entended la necesidad no sólo de rechazar, sino también de aceptar rumores. Todo desde la prudencia (una virtud "muy" de la dignidad humana).

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  4. Queridísimo Padre, estoy de acuerdo con todo lo que dices (aunque he de confesar, que en mi vida he oído hablar de la teología del rumor). No obstante, tengo que matizar, que mi comentario lo escribí teniendo muy en cuenta que tu "pensamiento tiene su origen en el maremagnum de rumores sobre el futuro de nuestra diócesis cesaraugustana", (vamos, que no se trata precisamente de la propagación de la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo). Siendo esto así, y corrígeme si me equivoco, no se me ocurre qué te pueden aportar ese tipo de rumores. A mi entender, lo único que puedes hacer(que no es poco), es rezar para que se cumpla la voluntad de Dios, pero para eso no necesitas saber nada, que yo sepa.

    Un abrazo.

    Javi

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  5. Javier, Javier:
    ¿Cómo que no necesitamos saber? Si es lo único que tenemos: conocer y amar. Todo con limitaciones, pues comprendemos lo que supone la donatio essendi. Pero, ¡hemos de querer saber! No obstante, te doy la razón en una cosa: hay rumores que no sirven para nada.

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