Verdad


El Papa Juan Pablo I es para muchos un enigma: su doctrina, su sonrisa, su muerte... En el sitio web de la Santa Sede se puede encontrar el archivo con sus escasa intervenciones públicas. Siempre son conmovedoras por su sencillez paterno-maternal y por su exigencia pastoral. Hoy transcribo un fragmento de la Audiencia General del 13 de septiembre de 1978:

"Yo estaba presente cuando el Papa Juan inauguró el Concilio el 11 de octubre de 1962. Entre otras cosas, dijo: “Esperamos que con el Concilio la Iglesia dé un salto hacia delante”. Todos lo esperábamos. Un salto hacia adelante, pero ¿por qué caminos? Lo dijo enseguida: sobre las verdades ciertas e inmutables. Ni siquiera le pasó por la cabeza al Papa Juan que eran las verdades las que tenían que caminar, ir hacia adelante, y después cambiar, poco a poco. Las verdades son esas; nosotros debemos andar por el camino de estas verdades, entendiéndolas cada vez mejor, poniéndonos al día, presentándolas de forma adecuada a los nuevos tiempos.
También el Papa Pablo tenía la misma preocupación. Lo primero que hice en cuanto fui Papa, fue entrar en la capilla privada de la Casa Pontificia; en ella, al fondo, el Papa Pablo hizo colocar dos mosaicos, uno de San Pedro y otro de San Pablo: San Pedro muriendo y San Pablo muriendo también. Pero debajo de San Pedro figuran estas palabras de Jesús: “Oraré por ti, Pedro, para que no desfallezca tu fe”. Y debajo de San Pablo, que está recibiendo el golpe de la espada: “He cumplido mi carrera, he conservado la fe”. Ya sabéis que en el último discurso del 29 de junio pasado, Pablo VI dijo: “Después de quince años de pontificado puedo dar gracias al Señor porque he defendido la fe y la he conservado”.

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