Zapatero, premio Nobel de la paz


Lo prometo. Lo soñé anoche. El sudor frío y la tiritera hizo que me despertara alarmado. Y es que no era para menos. Después de escuchar la noticia, pregonada por Antonio, el último pregonero con corneta que circuló por mi pueblo, me fuí directamente al Aeropuerto internacional de Letux, rumbo a la Ciudad de los Nobel. Tras visitar un sinfín de despachos e intentar convencer al jurado del error y la injusticia cometida, me retiré a bañarme en las frías aguas de los mares del norte. Y, gracias a Dios, me desperté.

Fue una pesadilla. Pero, como siempre, la realidad supera a la ficción. No ha sido Zapatero, ¡ha sido Obama I, el Deseado! Si en su día lo comparé con Ciro, el liberador, el viernes quedó a la vista lo adecuado del parangón que había trazado. Obama mantiene un montón de guerras y, según los analistas internacionales, podría declarar dos más. En su misión de paz, no ha tenido remilgos a la hora de facilitar todo tipo de manipulación con embriones humanos. Es decir, con personas. Yo no quiero decir que sea un nuevo hitler del siglo XXI, pero que ha dado el visto bueno para un exterminio masivo de personas humanas queda, a mi juicio (y el de muchos, más sensatos que yo), probado.

¿Qué tendrá Obama que no tenga yo?... O lo que es peor, ¿qué tiene que no tuviera Juan Pablo II, por ejemplo? No digo nada más. Pero, si le dan un galardon semejante a la Pajín me borraré del mapa.

Comentarios

  1. Mi muy querido amigo:
    No es solamente un mal sueño, mejor, pesadilla tuya sino debe de ser un fenómeno psicopatológico común: ¡Le han dado el nobel a Obama!
    Pero además de las reflexiones sobre la politización de algo que ya se sabía: los nobel, lo único que se me ocurre es citar la escritura:
    "infinitus stultorum numerus", como además en Suecia ninguno va a entender la altura de semejante axioma quedo tranquilo porque a nadie se le ocurrirá denunciarme, ni ami ni a tu blog, por haber sentenciado la capacidad intelectual y la altura moral de quienes han otorgado semejante galardón. Seguramente ahora a Aido la premiarán con el NOBEL DE LA VIDA.
    Salutem plurimam, frate carissime!

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  2. Queridísimo Ángel:
    Cuánto siento no poder contactar contigo por medios tan ordinarios como el teléfono... pero es que no sé dónde llamarte.
    No obstante, compenso el "silencio" al ver tus visitas más omenos frecuentes por este pequeño espacio tan cerrado como abierto.
    ¿El NOBEL DE LA VIDA? Habría que crearlo, pero interesa más la muerte, cualquier muerte menos la propia... no obstante, todo se andará.
    Qué tenebro me entra con estos comentarios. Un fuerte abrazo y hasta pronto.
    Memento!

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