Re-posada
Hace ocho días que el Romano Pontífice llegaba a España. En aquel día, califiqué de tonto al presidente del Gobierno de nuestra Nación. Sin duda, algo desmesurado. ¿O no? Como de vez en cuando, hoy he podido leer el Heraldo de Aragón en su edición impresa y he disfrutado con una estupenda fotografía a cuatro columnas en la que nuestro simple aparece junto a Cameron corriendo por un parque de Seúl. La imagen dice mucho de la vitalidad y de las tragaderas de Rodríguez Z.: aunque no puede ni resollar, la foto es la foto.
Es curioso cómo la españa de 2010 renuncia a postularse como miembro estable del G-20. ¿Acaso no somos una potencia emergente?, ¿no estamos superando los índices de crecimiento económico de toda la UE?, ¿no somos los primeros en salir de la crisis? NO. Pero, como no quiero circunscribirme al puñetero ámbito de la economía, he de añadir a esto que, en materia social, no estamos mejor. ¿Y en moralidad? Mejor no hablar más que para decir que la historia ha demostrado que sólo las minorías decentes sobreviven a los cambios de ciclo. Por tanto, yo, que me considero un pecador decente, creo que, con los míos, seré capaz de sobrevivir a la debacle y de dar un impulso de sentido a la rueda del mundo.
Expresión de la decadencia es la demagogia. ¿Cuánto ha costado la visita de Benedicto XVI? Pregunta inútil, pronunciada por inútiles. Desde que la democracia contemporánea comenzó a emerger, se ha dicho con relativa frecuencia que la política consiste en la creación y supresión de asuntos con el fin de conseguir públicos y ganar adeptos. Esto es lo que, con motivo de la visita papal, han hecho los medios de comunicación de nuestro país. Público y El País han hecho campaña de su ideología manipulando la información. Lo mismo se puede decir de El Mundo. También, de ABC, La Razón y La Gaceta (aunque la manipulación ha sido menor: sólo se han servido de lo noticioso para sus fines, sin cambiar ni un ápice de la realidad). El caso paradigmático de estos días ha sido el de La Vanguardia: sólo le faltó titular a cinco columnas "Benet XVI, el mejor catalán del mundo".
La conclusión a la que llego tras el press-clipping de esta semana es un reafirmamiento: los diarios de nuestro país debieran colocar en la portada, debajo de su nombre, una leyenda que dijese "El periódico que dice lo que tú piensas". Cayó el mito de la información aséptica, cayó el mito de la selección de la información como framing. ¿Qué queda? La empresa pseudoinformativa que quiere aumentar el número de ventas a cualquier precio. Es decir, mostrándose sumiso a un tipo de público activo y tratando de ganar a un público espectador que cada vez es más masa.
A pesar de esto, sigo confiando en los periodistas ( sobre todo, cuando no se erigen en portavoces de una opinión pública que, desde luego, no existe).
Estoy muy de acuerdo.No tengo tiempo ahora de comentarte nada. Cuando pueda te escribo para trasmitir mis impresiones de la sociedad que me esta rodeando, que me da TERROR. UN ABRAZO
ResponderEliminarMe alegra coincidir contigo. Quizás lo del "terror" sea demasiado, ¿no? Espero tus noticias. Sé buena.
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