Santo Tomás y los cartujos


El domingo de la infraoctava de la Navidad tuve la dicha de participar en el oficio vespertino de los cartujos de Aula Dei. Es decir, el 26 de diciembre de 2010 estuve en Vísperas en la cartuja de Zaragoza. La Presencia primordial es la única que requiere per se el uso de mayúsculas. En ella, se desenvuelven los monjes. Dios es el texto y el contexto de sus vidas y, aunque muchos no lo puedan entender, los célebres "goyas" pintan poco. En la iglesia prioral, dedicada a la Virgen María en el misterio de su Asunción a los cielos, las pinturas están suspendidas en una especie de limbo irrelevante e insignificante para los que, al cabo de los siglos, han logrado ser nómadas del espacio y peregrinos del tiempo, penetrando en las estancias divinas sin moverse un kilómetro de la tierra que pisan.

Y han decidido marcharse. Han discernido una serie de signos bien materiales y los han acogido como providencia del Omnipotente. Así lo ha visto el Capítulo General de la Orden o así lo está viendo. Esta es la razón fundante de su procesión hasta los montes navarros. ¿Puede explicarse esto en los medios de comunicación con argumentos asequibles? Creo que no. Los monjes lo comprenden y, por eso, rehuyen a los periodistas que, en algunos casos con una identidad falsa, intentan franquear las puertas de la muralla de Aula Dei para conseguir una entrevista o un reportaje revelador que les lleve al paraíso de la profesión: al Pulitzer.

Parece contradictorio que una providencia material no pueda explicarse con palabras tangibles que resulten de peso para la sociedad del bienestar. Pero no lo es. Yo estoy dispuesto a explicarlo a quien lleve, como el Padre Prior, 63 años de vida consagrada a la oración en soledad y a quien la doctrina vital contenida en La nube del no saber le resulte una obrita de divulgación. He dicho que estoy dispuesto a explicarlo. Pero, ¿seré capaz de comprenderlo? Con mi doctrina, para muchos tomista, me siento incapaz. Sin embargo, creo que el místico Tomás de Aquino no tendría problemas para hacerlo. Y es que la razones esgrimidas por los cartujos de Aula Dei son razones místicas y esto es lo delicado.

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