Encuentros estatales LGTB (o el surrealismo italiano a la española)
El sábado pasado, 9 de mayo, día del gran San Gregorio de Ostia, fui de boda. Mi primo JM casose con su novia A. Comenzamos a eso de las 5 de la tarde en una repristinada Iglesia Parroquial de los Santos Felipe y Santiago, el Menor. El párroco, César, es buen amigo mío. Tras la ceremonia nupcial, tuve tiempo para ver una magnífica exposición sobre los Sitios en el Palacio de Sástago, tomar unas cañas en el Gong, estar con la Virgen y mojarme mientras, ya cerca de la 9, me dirigía al NH Ciudad de Zaragoza para el "convite". Al llegar al moderno y cuidado edificio, tras visitar a WC y pisar el pie de alguna damisela, me fui hasta la puerta del establecimiento para respirar y charlar a la espera de la copa de bienvenida.
Pocos minutos habían pasado, cuando se detuvo a la puerta de nuestro hotel un autocar "alegre". Pero, sólo fui definitivamente consciente de esa muy determinada "alegría", cuando vi bajar, el primero, a una persona de sexo masculino ataviado con un tutú, o sea, uno de esos faldellines que usan las bailarinas de danza clásica. El cortejo iba a entrar n nuestro hotel. Prácticamente lo hicieron en fila india. Salían del autobus y reían con carcajadas histriónicas que no quiero llamar dantescas o kafkianas por respeto a la más alta de las literaturas. Así como venían y reían, iban callándose y bajando la cabeza, conforme llegaban a mí. Mi negro riguroso de clérigo católico "ultra ortodoxo" les sorprendía como una broma cruel del destino (aclaración: uso deliberadamente de los tópicos más absurdos por considerarlos, en este caso, completamente necesarios).
Yo, mientras contemplaba algo parecido a la "Danza de la Muerte", pensaba. Lo primero que vino a mi seso es una reseña que, aquella misma mañana, había leído en Heraldo de Aragón. Sin duda, se refería a lo que yo estaba contemplando. Una Encuentro Estatal de LGTB (gays, lesbianas , transexuales y bisexuales) para preparar el "Día del Orgullo Gay". Lo segundo, fue una síntesis cognoscitiva inmediata que presentó ante mi limitado intelecto aquello que vengo estudiando desde hace unos tres años y que han dado en llamar "Ideología de género". Lo tercero que compareció en el "chas" del conocimiento fue la tristeza que no lograban ocultar esos rostros. Ni banderas "Arco Iris", ni camisetas atrevidas, ni taladramientos visibles, ni caricias cómplices, ni siquiera tutús almidonados.
Al día siguiente, domingo, volví a desayunar leyendo el HA. Nueva reseña sobre el evento. Nuestros amig@s habían decidido el lema para el día de su orgullo: "Escuelas sin armarios". Además reclamaban mayor visibilidad para los "bisex".
"Escuelas sin armarios". Me imagino que tomarán el nombre "armario" en sentido metafórico, porque mi experiencia es otra. Mis tres años de director de centro educativo fue una continua respuesta a la reivindicación conjunta de docentes y "ampas" sobre la necesidad de ampliar el número de armarios por aula. Incluso consiguieron sumar a la causa a los no docentes. Yo no quería más armarios, pero ellos sí. Con esta experiencia, no me queda otro remedio que concluir con que "armario" viene usado con sentido metafórico.
"Mayor visibilidad de los bisex". Hace unos años, el término "bisex" hacía referencia, sobre todo, a determinados productos para el aseo y el cuidado personal, que, al contener una fragancia neutra, eran susceptibles de ser usados tanto por varones, como por mujeres. Me temo que mis amigos "alegres" también usan el término con otro sentido. Lo que ya no comprendo es lo del binomio "visibilidad/invisibilidad". ¿Qué puede hacer a un suje@ indefinido sexualmente ser visto o no visto? Habrá que leer el manifiesto con mayor detenimiento.
Tras estas reflexiones fruto de la experiencia, he de responderme otras preguntas. Espero hacerlo en los próximos "post". Serán del tipo: ¿Cómo colabora la escuela en la formación del carácter de los educandos que manifiestan cierta indefinición sexual?, ¿responde a la realidad de las cosas el concepto de "bisex"?
Todavía queda una tercera pregunta: ¿Por qué los medios de comunicación dan tanta relevancia a las actuaciones de determinados grupos minúsculos y marginales?, ¿por qué no lo hacen así con comunidades de otro signo?
Parece que éste es un tema importante.
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