Haití: una vez más
Otra vez Haití. Al desorden y la desesperación, fruto del primer seísmo, se une ahora un nuevo temblor. La tierra ha repetido su sacudida y bastante de lo que quedaba en pie ha cedido. La poca luz que quedaba en el horizonte vital de esa pobre gente también ha recibido un nuevo golpe.
Ayer decía que los ecos solidarios del primer terremoto se iban debilitando. Sin embargo, nuestro suelo parece empeñarse en que esta vez guardemos memoria, al menos por el momento. Una lectora de este blog, con una delicadeza profundamente humana, también ha levantado su voz para que no olvidemos el milagro del compartir que en esta situación tan dura se ha realizado: ONG´s y particulares, uno a uno han contribuído a paliar con lo que tenían tanto mal como hemos contemplado en esa tierra que cada vez se parece menos a un hogar en el que vivir.
Junto al recordatorio de la naturaleza, el grito de los haitianos: ¡Obama!, ¡Obama! Esto era lo que gritaban al ver llegar los primeros aviones al aeropuerto de Puerto Príncipe. Hoy se cumple un año de la toma de posesión del 44 presidente de los Estados Unidos de América. También hace un año desde que en su honor escribiera un post que lleva por título "Obama I, el Deseado". Cuando los norteamericanos están dejando de confiar en su mesianismo, todavía hay pobres que esperan de su mitificada bondad lo necesario para salir adelante. Ojalá el Preseidente pueda darles lo que piden.
Escribía el domingo, creo, que un terremoto como este bien puede ser la oportunidad de justificar un "nobel". Y lo sigo diciendo. Pero, ojo, que no se me mal interprete: diciendo esto, no quiero juzgar la intención del galardonado, sino más bien urgirle a que haga lo que tiene que hacer. No seré yo quien juzgue la intención de los fotoperiodistas que nos envían testimonios desnudos de la situación de Haití. Habrá quien diga que buscan un Pulitzer. Puede, pero, aún así, están cumpliendo su trabajo. Como los bomberos o como cualquier voluntario o como...
En resumen: hay que hacer. Cada uno desde su sitio, sin fundamentar la ayuda en la impresión del momento, sino en la cercanía o proximidad/projimidad con el que habita nuestro misma casa y sufre los desastres de la naturaleza y de la libertad.
Ayer decía que los ecos solidarios del primer terremoto se iban debilitando. Sin embargo, nuestro suelo parece empeñarse en que esta vez guardemos memoria, al menos por el momento. Una lectora de este blog, con una delicadeza profundamente humana, también ha levantado su voz para que no olvidemos el milagro del compartir que en esta situación tan dura se ha realizado: ONG´s y particulares, uno a uno han contribuído a paliar con lo que tenían tanto mal como hemos contemplado en esa tierra que cada vez se parece menos a un hogar en el que vivir.
Junto al recordatorio de la naturaleza, el grito de los haitianos: ¡Obama!, ¡Obama! Esto era lo que gritaban al ver llegar los primeros aviones al aeropuerto de Puerto Príncipe. Hoy se cumple un año de la toma de posesión del 44 presidente de los Estados Unidos de América. También hace un año desde que en su honor escribiera un post que lleva por título "Obama I, el Deseado". Cuando los norteamericanos están dejando de confiar en su mesianismo, todavía hay pobres que esperan de su mitificada bondad lo necesario para salir adelante. Ojalá el Preseidente pueda darles lo que piden.
Escribía el domingo, creo, que un terremoto como este bien puede ser la oportunidad de justificar un "nobel". Y lo sigo diciendo. Pero, ojo, que no se me mal interprete: diciendo esto, no quiero juzgar la intención del galardonado, sino más bien urgirle a que haga lo que tiene que hacer. No seré yo quien juzgue la intención de los fotoperiodistas que nos envían testimonios desnudos de la situación de Haití. Habrá quien diga que buscan un Pulitzer. Puede, pero, aún así, están cumpliendo su trabajo. Como los bomberos o como cualquier voluntario o como...
En resumen: hay que hacer. Cada uno desde su sitio, sin fundamentar la ayuda en la impresión del momento, sino en la cercanía o proximidad/projimidad con el que habita nuestro misma casa y sufre los desastres de la naturaleza y de la libertad.
Oía, anoche, en una entrevista las quejas de varios políticos sobre el protagonismo que ha cobrado Obama por el envío de marines. Me cuesta entenderlo. Cierto es que nunca he entendido a los políticos. La cuestión es que hay que criticar todo. Si van porque van y si no van porque no van.
ResponderEliminarQue distinto sería todo si se pusieran de acuerdo entre todos.
Me quedó con lo que dijo el Padre Angel; no es momento para la crítica y sí para la ayuda.
Un saludo
Los políticos son una maravilla (jajajaja). ¡Qué lejos están nuestras democracias del ideal! Pero, en el fondo, los políticos no son tan distintos de cómo somos nosotros: cuánto nos cuesta aplaudir el bien que hacen los demás y qué poco desprestigiarlos.
ResponderEliminarOlé por el P. Ángel: es el momento de la ayuda.
Hasta pronto