Presidente Zapatero: el Bufón de Europa
Estaba yo bastante ilusionado con la llegada del nuevo año, aun a sabiendas de que no representaba una vida nueva, sino una lucha nueva. La reunión familiar en la Nochevieja y en el Año Nuevo fue más grata que nunca. Las celebraciones litúrgicas, solemnes, vibrantes y contemplativas. Lo uno y lo otro hicieron que la noche de la Venida (y quien sea de Zaragoza ya sabe de qué estoy hablando: en esta ciudad tenemos dos "nochebuenas") estuviese llena de ternura y carcajadas en medio del compartir amistoso y casi místico en un círculo de amigos. La imagen que inaugura este espacio fue escogida en ese momento.
Sin embargo, con el desayuno y la lectura del Heraldo de Aragón en formato papel ha llegado la caída. Del optimismo cristiano embriagador me he visto arrojado al optimismo cristiano de la tensión escatológica: del ya, pero todavía no. El "ya" viene dado por la Navidad y el "todavía no" por nuestro presidente Zapatero que, convencido de su éxito en España, asume con "ENTUSIASMO EL RETO DE SACAR A EUROPA DE LA CRISIS". Así encara el nuevo mandato semestral de la Unión Europea. Lo hará imprimiendo a Europa el sello de la sostenibilidad.
Después de la caída, he pensado que es una lástima que nuestro Presidente no hubiese hecho estas declaraciones unos días antes, pues con su discurso convencido y entusiasmado, preñado de valores (paz, cooperación, diálogo, bla, bla, bla...) hubiese sido suficiente para llenar los espacios de humor que en el paso del año viejo al nuevo poblan las cadenas de televisión. Unas declaraciones así no se les hubiesen ocurrido nunca a Tip y Coll. Tampoco a Martes y trece. Los Clones no las hubiesen soñado. Lástima: su fama habría sido internacional, mundial, global, perenne...
No obstante, me temo que le impacto humorístico que las palabras de ZP (me tomo esta libertad porque es como de casa) han producido en las residencias de Sarkozy, de Merkel, de Brown o de Berlusconi ha sido inigualable. Por fin, la total unión de Europa no ha venido por una cabeza común como la de Van Rompuy (primer presidente estable del Consejo Europeo), sino por un bufón común: Zapatero, el BUFÓN de EUROPA. Este señor ha conseguido volver a la economía de posguerra, donde, como decía aquel, "no tenemos que comer, pero cómo nos reimos". (Fíjense, por favor: hasta los cardenales se parten de risa).
Sin embargo, con el desayuno y la lectura del Heraldo de Aragón en formato papel ha llegado la caída. Del optimismo cristiano embriagador me he visto arrojado al optimismo cristiano de la tensión escatológica: del ya, pero todavía no. El "ya" viene dado por la Navidad y el "todavía no" por nuestro presidente Zapatero que, convencido de su éxito en España, asume con "ENTUSIASMO EL RETO DE SACAR A EUROPA DE LA CRISIS". Así encara el nuevo mandato semestral de la Unión Europea. Lo hará imprimiendo a Europa el sello de la sostenibilidad.
Después de la caída, he pensado que es una lástima que nuestro Presidente no hubiese hecho estas declaraciones unos días antes, pues con su discurso convencido y entusiasmado, preñado de valores (paz, cooperación, diálogo, bla, bla, bla...) hubiese sido suficiente para llenar los espacios de humor que en el paso del año viejo al nuevo poblan las cadenas de televisión. Unas declaraciones así no se les hubiesen ocurrido nunca a Tip y Coll. Tampoco a Martes y trece. Los Clones no las hubiesen soñado. Lástima: su fama habría sido internacional, mundial, global, perenne...
No obstante, me temo que le impacto humorístico que las palabras de ZP (me tomo esta libertad porque es como de casa) han producido en las residencias de Sarkozy, de Merkel, de Brown o de Berlusconi ha sido inigualable. Por fin, la total unión de Europa no ha venido por una cabeza común como la de Van Rompuy (primer presidente estable del Consejo Europeo), sino por un bufón común: Zapatero, el BUFÓN de EUROPA. Este señor ha conseguido volver a la economía de posguerra, donde, como decía aquel, "no tenemos que comer, pero cómo nos reimos". (Fíjense, por favor: hasta los cardenales se parten de risa).
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