¿En honor de los muertos?

ZARAGOZA (01.11.2013). Hoy es la solemnidad de Todos los Santos. Ya ha pasado la noche de Hallowen.

En muchos centros escolares parece que la actividad de la semana era exclusivamente preparar una danza macabra de brujas, almas en pena y demonios. Una exaltación del mal y de la muerte: de las consecuencias del pecado. Una amalgama de todos los miedos que, con la certeza de la fe cristiana en la vida eterna y la resurrección, habían sido arrojados al pozo de la superstición. Parece que quienes están especializados en poner pegas a la celebración de la navidad o de la semana santa -sustituyéndolas por los nada asépticos y muy paganos nombres de fiestas de invierno o de primavera-, no ven inconveniente en que los niños y las familias se entreguen unos días a exaltar la oscuridad. A mi esto me parece diabólico.

Por otra parte, me resulta cómico que los detractores del gigante americano y de sus sueños acepten acríticamente una costumbre anglosajona que adquirió su más perfecta -y ñoña- manifestación en los Estados Unidos de América, con sus trucos y sus tratos.


¿Hemos perdido una batalla cultural? Creo que todavía estamos a tiempo de enmendar el entuerto. ¿Cómo? Parroquias, escuelas católicas, asociaciones de padres, profesores con sentido común… Y familias, sobre todo familias, podemos hablar más de santidad. Debemos hablar más de muerte, juicio, infierno, purgatorio y cielo. Podemos y debemos acercarnos más a la claridad de Jesús. Su luz disipa las tinieblas.


Comentarios

Entradas populares