Ángeles González Sinde, ¡Ministra de Cultura!
El sábado, sobre las once de la noche, bajé de la cantoría y, tras la tregua del domingo más dominical que cabe, ya estoy dispuesto para entrarle a esta actualidad que nos sorprende y preocupa.
Crisis de gobierno. Un nombre hermético que aminora la crudeza de la realidad: destitución de unos ministros (más que menos) incompetentes y nombramiento de otros (capaces, también, de mayor o menor incompetencia). Todo con sus matices. Por ejemplo, el caso del que me voy a ocupar: el Ministerio de Cultura. Un caso tan singular como el de ser gobernados por el presidente Rodríguez Zapatero.
César Antonio Molina (La Coruña, 1952) ha sido sustituido por Ángeles González Sinde (Madrid, 1965). El anterior titular de Cultura era, al menos, una personalidad reconocida entre los intelectuales de lengua española. Periodista, crítico de arte, Director del Instituto Cervantes... Sí, Molina es notorio y capaz de resistir una crítica fundada. Sin embargo, la González Sinde... No puedo ocultar que me alegré cuando accedió a la presidencia de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, era un rostro nuevo con una menor carga ideológica, pero, poco a poco, se ha ido plegando a las exigencias de los cineastas de nómina. Ha sido fácil domeñarla y, por eso, incluso una inteligencia menguada y pagada de sí misma como la de ZP comprendió que podía ser su "as en la manga" para una remodelación del ejecutivo.
Ángeles González Sinde. Mujer. 40 y pocos años. Rostro amable. ¡Creativa! Esto último es lo que el Presidente recalcó de su personalidad. "Creadora reconocible por todos" -dijo Rodríguez Zapatero. Un enunciado poco féliz. La formulación adecuada sería: "Creativa reconocida por todos". Lo que nos interesa es lo de "Creativa/creadora". La irrupción de la palabra "creativo" en la esfera pública tiene lugar tras la II Guerra Mundial. El fulminante desarrollo de la publicidad hace que comience un período (años 50-60) en el que es el "creativo" (el artista) el que decide qué es publicitable y cómo ha de ser publicitado. Poco tienen que decir los anunciantes y los públicos a los que se quieren dirigir. La "Revolución creativa", como toda revolución, acabó en guerra. Y la capitulación fue del siguiente tipo: los anunciantes tienen algo importante que decir, los públicos tienen sus derechos y los creativos saben algunas cosas, pero no todo. La creatividad por la creatividad es ineficaz. No en el mundo de la expresión artística, pero sí en el de lo pragmático. Con creatividad no se hizo la marca Coca-Cola. Hizo falta más.
En el Ministerio de Cultura sucede lo mismo: una creativa/creadora no es garantía ni de la eficacia ni de la equidad que se pretende con la actividad política. Es más, conduce al desastre. No quiero referirme en este desordenado post a otros asuntos: canon digital, subvenciones al cine, sometimiento del poder político al dictamen de los cineastas ideologizados. NO. Simplemente quiero dejar claro que un creativo no tiene las herramientas necesarias para el buen gobierno, en todo caso tiene una incompatibilidad que sólo salva la obstinada ensoñación de un gobernante mesiánico como el nuestro.
Crisis de gobierno. Un nombre hermético que aminora la crudeza de la realidad: destitución de unos ministros (más que menos) incompetentes y nombramiento de otros (capaces, también, de mayor o menor incompetencia). Todo con sus matices. Por ejemplo, el caso del que me voy a ocupar: el Ministerio de Cultura. Un caso tan singular como el de ser gobernados por el presidente Rodríguez Zapatero.
César Antonio Molina (La Coruña, 1952) ha sido sustituido por Ángeles González Sinde (Madrid, 1965). El anterior titular de Cultura era, al menos, una personalidad reconocida entre los intelectuales de lengua española. Periodista, crítico de arte, Director del Instituto Cervantes... Sí, Molina es notorio y capaz de resistir una crítica fundada. Sin embargo, la González Sinde... No puedo ocultar que me alegré cuando accedió a la presidencia de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, era un rostro nuevo con una menor carga ideológica, pero, poco a poco, se ha ido plegando a las exigencias de los cineastas de nómina. Ha sido fácil domeñarla y, por eso, incluso una inteligencia menguada y pagada de sí misma como la de ZP comprendió que podía ser su "as en la manga" para una remodelación del ejecutivo.
Ángeles González Sinde. Mujer. 40 y pocos años. Rostro amable. ¡Creativa! Esto último es lo que el Presidente recalcó de su personalidad. "Creadora reconocible por todos" -dijo Rodríguez Zapatero. Un enunciado poco féliz. La formulación adecuada sería: "Creativa reconocida por todos". Lo que nos interesa es lo de "Creativa/creadora". La irrupción de la palabra "creativo" en la esfera pública tiene lugar tras la II Guerra Mundial. El fulminante desarrollo de la publicidad hace que comience un período (años 50-60) en el que es el "creativo" (el artista) el que decide qué es publicitable y cómo ha de ser publicitado. Poco tienen que decir los anunciantes y los públicos a los que se quieren dirigir. La "Revolución creativa", como toda revolución, acabó en guerra. Y la capitulación fue del siguiente tipo: los anunciantes tienen algo importante que decir, los públicos tienen sus derechos y los creativos saben algunas cosas, pero no todo. La creatividad por la creatividad es ineficaz. No en el mundo de la expresión artística, pero sí en el de lo pragmático. Con creatividad no se hizo la marca Coca-Cola. Hizo falta más.
En el Ministerio de Cultura sucede lo mismo: una creativa/creadora no es garantía ni de la eficacia ni de la equidad que se pretende con la actividad política. Es más, conduce al desastre. No quiero referirme en este desordenado post a otros asuntos: canon digital, subvenciones al cine, sometimiento del poder político al dictamen de los cineastas ideologizados. NO. Simplemente quiero dejar claro que un creativo no tiene las herramientas necesarias para el buen gobierno, en todo caso tiene una incompatibilidad que sólo salva la obstinada ensoñación de un gobernante mesiánico como el nuestro.
José Antonio, no se eligen los ministros por capacidad. Se eligen por amistad, ideología, conveniencia o interés. Siento tener que decirte esto..pero pensar que se eligen de ministros a las personas más capaces es como creer en el ratón perez.
ResponderEliminarEs muy triste pero es así.
Gracias por pasarte por aquí, Molinos. En este caso creo que la pobre González Sinde va a ser una víctima de la conveniencia... pero con una buena pensión, ¡muy buena!
ResponderEliminarDesde que la vi en los Goya la tirrié.
ResponderEliminarFue tirria a primera vista.
La pinta que llevaba, la forma de hablar, todo desvelaba una ambición y un ego sin límites.
No tiene un pelo de tonta, tal vez alguno de loca.
Se han lucido!
Salud.
M.
Miranda, gracias por pasar por aquí y dejar tu comentario. ¿Crees que la González Sinde es tan "mala"? Yo la veo más como un fantoche que se cree listo, pero que al final todos se sirven de él.
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