Transgénicos, ¡no por favor!


El pasado sábado había quedado en la plaza de Sas con I. y D. para preparar su boda. Aunque llegué tarde (bastante tarde, muy tarde, demasiado tarde), su ilusión no había menguado. Tenía una excusa perfecta para mi tardanza (que, de no ser por los sms, habría sido calificada de plantón). Yo me subí al bus, línea 23, en la parada más cercana a mi casa. Eran las 11:45. Un cuarto de hora era suficiente para llegar a mi cita. Pero, los municipales, apostados en cada cruce, iban dando instrucciones al "autobusero" para que siguiera una ruta distinta, no hiciese paradas y fuera rápido. En fin, que a las 12:05 estaba yo en la plaza de Europa con una buena distancia por recorrer a pie enjuto. Fue divertida mi travesía por el pintoresco barrio de San Pablo. Pero, vamos a lo nuestro.

¿Cuál fue la causa del desvío? Me enteré a posteriori. Una manifestación contra los cultivos transgénicos había recorrido las principales calles de Zaragoza durante esa mañana. Yo comparto la preocupación por los transgénicos. Nada con ese nombre puede ser bueno. Hasta sueño con una cebolla que en su más profundo interior es una remolacha y que, mientras vivió en el invernadero, realizaba la fotosíntesis como una peligrosa planta carnívora de un rincón recóndito de una selva cuasi virgen. La cebolla me dice: "¡Llora!, te voy a cooomeeer". Terrible. Todo porque unos científicos malos, malosos y malvados han alterado sus originales genes. Algo así no puede ser bueno, ni siquiera neutro. Algo así nos precipitará en el cáncer o en no sé que enfermedades nuevas que nos conducirán a la III W. W. o al apocalípsis. Hay que manifestarse contra los transgénicos, pues es hacerlo en favor de la vida.

Más tarde, mientras tomaba café como mi hermana, pensé: ¿Qué pasaría si, en vez de manipular genes vegetales o animales, manipulasen genes humanos? No hay otra respuesta: TERRIBLE. Conforme el café me iba excitando, empecé a ser consciente de que ya existen los "bebés medicamento". Ya existen los humanos transgénicos. Lo voy a escribir otra vez: Ya existen los bebés transgénicos. ¿Nadie dice nada?, ¿nadie se manifiesta?, ¿nadie... ?

Cuando alguien (persona o institución) se levanta contra los humanos transgénicos, la muchedumbre "democrática" (por cierto, muchedumbre se parece a podredumbre, ¿verdad?) se rasga las vestiduras y dice con cara de circustancias: La sociedad os va a juzgar porque no fuisteis capaces de estar con el progreso.

Soy anti-transgénico integral. ¿Quién me juzgará?, ¿una cebolla carnívora?, ¿Frankenstein?... ¿Quedará alguien para juzgarme?

Comentarios

  1. Hola, honolable José Antonio.
    Coldiales saludos de sus seguidoles de la China-Chana... Juas, juas,juas.
    Bromas aparte, me ha gustado tu post y estoy de acuerdo contigo, aunque he de confesar que eso de que sueñes con malvadas cebollas carnívoras, muy malosas y asesinas, me da un poquito de tenebro.

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  2. Estimada y más que estimable flordemaceta, muchísimas gracias por dejar tu comentario. A mi también me da tenebro la cebolla asesina, pero, ¿qué hago? No es un vampiro que se asuste con unos ajos, ¡son de la familia!

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