"La Pasión de Cristo" (Mel Gibson, 2004)
¿Cine o teología audiovisual? Depende de quien la vea. Mel Gibson, católico convencido, quiso ofrecer al mundo una película que es mucho más que el llamado “cine de autor”. La intención del director es, sin lugar a dudas, acercarse desde una teología católica marcadamente tradicional (que no tradicionalista) al acontecimiento cristiano por excelencia, a lo que los biblistas y catequetas llaman el centro del kerygma, el núcleo de la fe y, por tanto, de la predicación cristiana: la Pasión del Señor. Gibson afronta el relato bíblico con toda su crudeza, centrándose especialmente en la narración que comienza con la escena de Getsemaní, hasta la sepultura del cuerpo muerto de Jesús. Además, introduce, con un sumo respeto, el misterio de la Resurrección, planteándolo como una iluminación, como una luz, que asombra y troca la esperanza frustrada de los discípulos en adoración y silencio.
Si bien hemos dicho que el director afronta con cuidado el relato bíblico, no es menos cierto que introduce ciertas licencias1. La primera de ellas es el acudir a las revelaciones partículares de la beata Anna Catalina Emmerich, mística alemana que vivió entre los siglos XVIII y XIX, y que están contenidas en el libro titulado La amarga Pasión de Cristo. Curiosamente, un libro que se había perdido en el olvido, gracias a la película de Gibson, ha vuelto a la actualidad, conviertiéndose en un betseller mundial de la literatura espiritual. De estas visiones de la mística alemana, toma el director la presencia del Diablo. Una figura sutil y ambígua, magníficamente construida para las coordenadas audiovisuales. Es probablemente el Diablo mejor conseguido de la historia del séptimo arte.
La segunda de las licencias es la de servirse de los estudios anatómicos modernos para reflejar con fidelidad el estado de un hombre que es cruelmente flagelado, coronado de espinas, carga con la cruz por un largo camino, es crucificado y, finalmente, atravesado su costado por una lanza. Los evangelios enuncian estos padecimientos, pero no los pintan. Gibson los fotografía. Algunos, quizás muchos, han denostado el film por este carácter hiperrealista. Sí, hay violencia. En algunos momentos y, para algunos, puede ser insoportable. Pero, ¿es gratuita? La respuesta es no. La sangre tiene un papel principal en toda la película y la clave con que hay que interpretarla es la siguiente: “Sus heridas nos han curado”2. Desde esta perspectiva, se puede afirmar con contundencia que no nos encontramos ante una película que rebose sadismo, sino que, por el contrario, constituye un intento espiritual y casi místico de acercamiento a las últimas 12 horas de la vida de Jesús de Nazaret.
1 Cfr. ORELLANA, op. cit., p. 122.
2 1 Pe 2, 25
Qué ganas tenía de comentarle, huerto cerrado. Desordenadamente, según me viene la idea. Estoy de acuerdo en la impresión sobre el diablo, que sabrá Vd. que estaba interpretado por una mujer (para ser de verdad Luzbel). Es muy interesante combinar el juego del diablo, (soberbio el grito de desesperación cuando advierte la "sorpresa" que le había guardado Dios con el arma secreeta del Hijo: vencer perdiendo) combinarlo, digo, con la trama de María, la única que ve al diablo, y lo va advirtiendo todo en unión interior con el Hijo...
ResponderEliminarAhora los desacuerdos: las licencias que se permite Gibson son determinantes para no poder decir que "así fue", aunque tampoco hacía falta. La pasión física que sufre Cristo no sé si es del todo realista. Es más, creo que es pretendidamente exagerada. Lo que yo creo que el autor quería, lográndolo, a mi juicio, es hacer experimentar al espectador la angustia de una tarde negra como aquella. Y para eso carga la mano, a mi parecer. Y consigue el horror. Por fin, perdone la amplitud, pero no tengo blog propio, y su tema es muy interesante, sólo decirle el fotograma más emocionante para mí, incluso cinematográficamente. La carrera de la cámara al morir Cristo: mira arriba, viajando la cámara hasta el lugar del Padre, para, desde el objetivo de la cámara cenital, ir formándose una lágrima que vuelve a bajar, confundiéndose con la primera gota de lluvia, hasta chocar con la tierra y provocar el terremoto de duelo por la injusticia del Cristo asesinado. Grandísima película
Amigo Anónimo.
ResponderEliminarNo me extraña que no esté de acuerdo con todo lo que digo. Totalmente de acuerdo con los comentarios que haces al hilo de los personajes y de las escenas. Lo que no tengo claro, porque todavía es objeto de discusión científica, es la cualidad y la cantidad de sufrimiento físico infligido a Nuestro Señor. La mayor parte de los estudiosos coincide en señalar que quizás no han sido reflejados en toda su crudeza.
Un cordial saludo
dios mio eso deve doler
ResponderEliminarbueno yo creo que es muy doloroso sufrir eso...pero lo iso por salvarnos alavad a jesus y a los arcangeles
ResponderEliminaryo alavo a jesus y a los arcangeles..........
ResponderEliminaralavad a los arcangeles tu sabes que ellos te protegeran cree en jesus amigo mio el te salvara y nos llevara al paraiso con el y dios y todos nos veremos allaen el paraiso del cielo .... vuestro padre dios todopoderoso lo envio a salvar nuestras vidas señor gracias por salvarnos y tener haora un mundo donde todos somos felizes y recuerda no los dejes de alavar a jesus y los arcangeles
Bendito sea Jesucristo. Bendito sea Dios en sus ángeles y en sus santos.
ResponderEliminar